José María Infante Bonfiglio, Claire Wright y Jesús Cantú Escalante (coords.). Desafección Política en Nuevo León. México: Texturas Colección de Investigación, 2019. 281 pp. isbn: 978-607-7895-37-4.

La Desafección Política en el Estado de Nuevo León pone sobre la mesa un concepto que influye en las formas de participación política y la conformación democrática particularmente en esta entidad, una de las más prósperas de México. Con el apoyo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Instituto Tecnológico de Monterrey y la Universidad de Monterrey impulsaron en conjunto con el Centro de Investigación para el Desarrollo Democrático de Nuevo León un estudio cualitativo sobre el que está basada la obra.

En el primer capítulo, «El estudio de la desafección política», Mario Garza Castillo señala que la desafección política se origina por la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones, producto de la desigualdad y la incapacidad del Estado para resolver demandas, por tanto, estos rechazan involucrarse en política. Las consecuencias dependerán de la sociedad donde se articula: como oportunidad de crear nuevas formas de participación en democracias consolidadas o para desalentar la participación en las que están en vías de consolidarse.

El capítulo «Retos metodológicos para medir la desafección política: Reflexiones», de Alejandro Díaz, delimita las variables que componen la desafección política: las que componen la eficacia de la política interna –lo que el ciudadano entiende de política– y las de eficacia de la política externa –qué tan interesada está la clase política en lo que piensan sobre ella–, lo que lo convierte a la desafección en un concepto multidimensional.

En el tercer capítulo, «Patrones de acceso a la información sobre política y confianza en las instituciones», Cintia Smith muestra cómo la desafección política lleva a los ciudadanos hacia cambios ideológicos extremos y cómo los medios de comunicación transitan hacia nuevos canales digitales. En estas nuevas realidades encontramos tres neologismos: pos-verdad, fakenews y burbujas de filtro, que influyen negativamente y acercan información errónea, pero intencional. Con los nuevoleoneses existe una brecha generacional para informarse y un desencanto general con el sistema de partidos, lo que explicaría el enorme apoyo a las candidaturas independientes.

Estas nuevas formas de participación abren la hipótesis de Claire Wright y José Fredman en el cuarto capítulo: «¿La desafección incentiva nuevas formas de participación o incentiva formas autoritarias?». Es posible que en la sociedad mexicana provocara un efecto negativo, dejando la dirección del país a la élite, dueños del monopolio de la participación, quienes dictarán sus propias reglas, mientras que el ciudadano común se volverá un simple espectador. Sin embargo, los rasgos de la sociedad nuevoleonesa son tales que la desafección se vuelve un incentivo en las elecciones. Además, las nuevas formas de participación se aceptan si están basadas en una estructura jurídico-formal, lo que impide que transiten hacia el autoritarismo.

En el sexto capítulo, José María Bonfliglio habla sobre «La Mujer Votante» y las limitaciones a la participación femenina. Si bien la transformación del sistema electoral en México ha propiciado mayor presencia de las mujeres, no contribuye a empoderarlas, pues la sociedad mexicana está altamente influenciada por los conceptos de femineidad y masculinidad. Frente a esto, en Nuevo León no hay diferencias significativas, pero sí rasgos interesantes: la familia es la institución de confianza por antonomasia, los hombres tienen opinión positiva acerca de los derechos políticos femeninos y una coincidencia de género similar.

En la misma premisa, el capítulo «Percepciones y orientaciones hacia la democracia, la igualdad política y los servicios públicos hacia las mujeres», Sara Cerna Villagra analiza los grados de desafección política en las mujeres, así como sus percepciones frente a la igualdad, la participación y los servicios de salud y educación, mediante el estudio de los distritos de alta y baja participación electoral. Existen diferencias marcadas, donde las mujeres de distritos de baja participación suelen tener pensamientos más progresistas, a favor de políticas de liderazgo femenino al contrario de las segundas. Resulta paradójico como a nivel nacional la participación política de las mujeres ha aumentado, pero a nivel local siguen sufriendo las mismas limitaciones estereotipadas de género.

En el último capítulo, «La desafección política y el asomo de la Democracia Líquida en la Generación x, Milennials y Centennials», Jorge Francisco Aguirre analiza la desafección a partir de una visión intergeneracional: Generación x (1961-1981), Milennials (1982-1999) y Centennials (2000-2018); observando diferencias que motivan la desafección en cada una. El avance de las tic ha permitido ejercer la política dinámicamente creando la Tecnopolítica, pero, a pesar de estas herramientas, las tres generaciones en Nuevo León no se sienten representadas, desconfían de los políticos y los partidos, y muestran una inclinación hacia la «democracia líquida».

Este libro nos entrega un valioso aporte sobre la desafección política, normalmente utilizada en la ciencia política como una variable relacional entre ciudadanía y poder político, pero que no suele ser estudiada minuciosamente a nivel local. Esta obra invita a la reflexión al permitir desgajar el concepto, sus consecuencias y efectos en una sociedad con una enorme influencia nacional como la del estado de Nuevo León.

Tania Esmeralda Alfaro Anguiano

Universidad de Salamanca